Netanyahu declaró este 16 de junio a la cadena ABC News que eliminar al líder supremo iraní, Alí Jamenei, «no intensificará el conflicto, sino que lo terminará», en una escalada retórica que busca arrastrar a Estados Unidos hacia una confrontación regional.

Las declaraciones del premier se produjeron tras ser presionado por el entrevistador sobre informaciones recientes que revelan cómo el presidente Donald Trump habría vetado un plan israelí para asesinar al dirigente iraní.

«Hemos vivido medio siglo de conflicto extendido por este régimen que aterroriza a todo Oriente Medio; bombardeó los campos petrolíferos de Aramco en Arabia Saudí y extiende el terrorismo, la subversión y el sabotaje», argumentó Netanyahu ante el medio estadounidense.

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El mandatario israelí intensificó su discurso al afirmar que «la guerra eterna es lo que busca Irán, llevándonos al borde de una guerra nuclear», mientras que «Israel impide esto plantando cara a las fuerzas del mal».

Manipulación con Nueva York

Netanyahu desplegó una estrategia de manipulación emocional al vincular la situación con territorio estadounidense. «Hoy es Tel Aviv. Mañana, Nueva York», declaró el premier, quien añadió: «Entiendo ‘America First’, pero no entiendo ‘América muerta’. Eso es lo que busca esta gente que canta ‘Muerte a América'».

El asediado líder israelí presentó la escalada militar como «una batalla del bien contra el mal» y solicitó explícitamente el respaldo de Washington: «Estados Unidos está, debe estar y está con el bien. Eso es lo que hace el presidente Trump, y aprecio profundamente su apoyo».

Cuando se le preguntó directamente si mantenía planes para atentar contra Jamenei, Netanyahu respondió evasivamente: «Estamos haciendo lo que tenemos que hacer».

La guerra entre Irán e Israel se intensificó desde el 13 de junio, cuando Tel Aviv lanzó un ataque sorpresa contra la República Islámica con el pleno respaldo del Gobierno estadounidense.

En represalia por los asesinatos selectivos de varios altos mandos militares y científicos nucleares, además de la muerte de decenas de civiles, Irán respondió con una lluvia de misiles balísticos sobre territorio israelí.

Los proyectiles iraníes impactaron las principales ciudades israelíes, emplazamientos militares estratégicos, centrales eléctricas e instalaciones de hidrocarburos.

Las declaraciones de Netanyahu representan un intento de justificar una estrategia militar que podría desencadenar una conflagración regional, mientras busca comprometer a Estados Unidos en una guerra que trasciende las fronteras de Oriente Medio.

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